19 | 03 | 2024

 

 

Por Francisco Ramos

 

Para algunos resulta “inaceptableculpar directamente al capitalismo de la violencia que existe en el país. En el caso particular de Oaxaca, en lo que va del año se han registrado al menos 15 feminicidios y 440 en la administración de Gabino Cué; defunciones por causas violentas ligadas al crimen organizado, tan solo el viernes 29 de enero, siete personas fueron asesinadas a balazos[1].


Para Marx[2] todo modo de producción histórico particular tiene sus leyes de población particulares, históricamente válidas. Bajo el capitalismo, con la acumulación del capital producida por la clase obrera misma, se producen en volumen creciente los medios que permiten que ésta se convierta en supernumeraria. Una población obrera relativamente excedentaria, excesiva para las necesidades medias de valorización del capital. Se constituye, pues un ejército industrial de reserva, a disposición del capital; material humano explotable y siempre disponible.

 

 

El mismo modo de producción capitalista, mediante el trastocamiento continuo en la industria, y con el desarrollo en la composición orgánica del capital (proporción entre medios de producción y fuerza de trabajo), provoca una absorción más dificultosa de la segunda, es decir, puede operar bajo una tecnificación constante, y una menor ocupación en la fuerza de trabajo, y condenando a la ocupada a un mayor grado de explotación;más trabajo sin necesidad de contratar más obreros[3].Y más adelantese añade: la condena de una parte de la clase obrera al ocio forzoso mediante el exceso de trabajo impuesto a la otra parte, y viceversa, se convierte en medio de enriquecimiento del capitalista[4].

 

Esta fuerza de trabajo desocupada, fuerza a los trabajadores activos a aceptar las condiciones impuestas por el capital, forzados para mantener un trabajo que miles de desempleados están dispuestos a ocupar; recorte de los derechos del trabajador, bajos salarios, miseria, degradación del trabajador, etc.

 

Esto se traduce que en México, según el INEGI[5] en el tercer trimestre del 2015 existían 2 millones 445 mil 263personas desempleadas[6]. ¿Qué hacen estos 2.4 millones de desempleados condenados al ocio forzoso? ¿Qué hacer cuando la economía imperante, los economistas y sus modelos sostienen al desempleo como un mal necesario”, como “natural” que una parte de la población se encuentre condenada al hambre y la miseria? ¿Es el capitalismo? ¡Sí, es el capitalismo!

 

Es del ejército industrial de reserva, de los brazos siempre disponibles de donde salen los hombres que empuñan las armas al servicio del narcotráfico y la delincuencia. Son los millones de hombres hambrientos los que, ante la imposibilidad de poder satisfacer sus necesidades y las de sus familias, en muchos casos recurren al crimen organizado, a un negocio que funciona cual industria capitalista, que opera de manera ilegal y negocia fundamentalmente con la violencia.

 

¿Seguridad?¿Pleno empleo? ¿Satisfacción de las necesidades básicas de la población? Bajo el capitalismo imposible. Sólo un cambio radical en la estructura económico-social detendrá la violencia, los crímenes que aterrorizan a la población, los crímenes inaceptables como la privación de la vida a un menor de edad. ¡Vayamos contra el problema de raíz, no con sus consecuencias!



[1]http://www.laondaoaxaca.com.mx/2016/01/se-desata-ola-de-violencia-en-la-capital-familias-y-menores-asesinados/

[2]Marx, Karl (1984-a) El capital tomo 1, Siglo XXI editores, México, p.785-786

[3] Marx, K., op.cit, p. 791

[4]Marx, K., op.cit, p. 792

[5]INEGI. Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, http://www3.inegi.org.mx/sistemas/temas/default.aspx?s=est&c=25433&t=1

[6]Tal cifra es el resultado de una tendencia en la reducción de desempleados, pero el mismo INEGI reconoce: El nivel de personas que se encuentran en la informalidad tuvo un crecimiento de 0.8% en el primer trimestre del año. Todas las modalidades de empleo informal sumaron 28.7 millones de personas y representó 57.6% de la población empleada.

 

Partido Comunista de Mexico

El Comunista