19 | 03 | 2024

La indignación popular se extiende por todo el territorio nacional. Los estragos de las reformas preparan la resistencia contra la barbarie del gobierno sanguinario. ¡Sigamos luchando unidos!

Parecía que México estaba callado, que el gobierno de los ricos y de los empresarios se había salido con la suya, que los pobres, los trabajadores, los campesinos, los estudiantes y los desempleados se iban a dejar que les aplicaran las reformas más salvajes, que no iba a haber resistencia, que estábamos divididos y que la victoria del capitalismo era completa. Pero los patrones, los burgueses, se equivocaron. En las calles de la capital, se equivocaron. En las universidades del DF, de Veracruz, de Chihuahua, de Hidalgo y de Morelos, se equivocaron. Se equivocaron cuando pensaron que su sistema de injusticia económica y represión violenta contra la población quedaría impune por siempre y nunca tendría que enfrentar la organización y consolidación de la justicia popular y proletaria. Durante más de dos meses ya el pueblo oprimido de México los viene refutado con su digna rabia y resistencia.

¿Por qué el movimiento de solidaridad con Ayotzinapa logró crecer tanto? ¿Por qué la demanda por la aparición de los normalistas es tan popular? ¿Por qué tanta solidaridad? Hay varios factores, pero el principal es que sucede en el momento preciso en el que el hartazgo y el repudio a las condiciones de vida propiciadas por las reformas peñanietistas ya no pueden seguir solapándose o limitándose a unos cuantos sectores, los más afectados. El descontento es general porque la afectación es general. Hoy no hay nadie en México que no viva peor que antes que le afectara alguna de las reformas, con la excepción de los muy ricos, los dueños de los grandes monopolios, quienes impulsaron esas reformas precisamente para intentar salvar su sistema explotador obsoleto y podrido atrapado en crisis. No hay futuro con el capitalismo. El pueblo trabajador de México va construyendo su propio camino de lucha, dignidad, solidaridad y consciencia.

El movimiento es nacional y ahora comienza la represión. El gobierno lanzará todas sus fuerzas para evitar que el país se le siga saliendo de las manos: usará la fuerza policiaca, legal y carcelaria más pública y conocida para reprimir e intimidar, pero también se ayudará de grupos paramilitares encubiertos y secretos, los mismos que asesinaron y desaparecieron a nuestros hermanos normalistas y que el gobierno y los medios intentan disimular diciendo que son “narcotraficantes” y haciendo como que no los conocen. Los trabajadores, los oprimidos y los explotados… todo el pueblo de México está harto de los abusos y la violencia salvaje del Poder del Estado, que existe para oprimir a una clase, los trabajadores, y proteger a otra, los patrones.

Por eso la Federación de Jóvenes Comunistas avanza en la lucha por el camino revolucionario y popular, marchando al lado de los normalistas y los maestros exigiendo justicia y presentación con vida.

Porque el color de la sangre jamás se olvida: vivos se los llevaron, vivos los queremos.

 

Partido Comunista de Mexico

El Comunista